Descripción
Contiene las 10 clases del módulo
Cada clase tiene una duración de 105 minutos c/u en promedio
- Clase 1. El Ser Humano. Autoestima.
- Clase 2. Redención y Apogeo. Perdonar equívocos, comenzar de nuevo.
- Clase 3. Formas de Amar. Aceptar las formas de amar de otros.
- Clase 4. Hacedores. Despertar La Creatividad.
- Clase 5. Seis. Mejorar relación pareja, Equilibrio sexual.
- Clase 6. Salud, Enfermedad y Padecimiento. Curar Cuerpo y Sanar Mente.
- Clase 7. El Túnel. Perdonar hasta lo «imperdonable».
- Clase 8. Creación de Riqueza 1ra. Parte. Prosperidad y Abundancia.
- Clase 9. Creación de Riqueza 2da. Parte. Prosperidad y Abundancia.
- Clase 10. Compasión. Aliviar el sufrimiento en los demás.
- Guía de Meditación.
Más del tema
¿Gula o bulimia?
Origen y causas de los desequilibrios en la alimentación
Momentos después del nacimiento inicia el proceso que nos acompañará toda la vida: «comer». Es común creer que un recién nacido requiere comer de inmediato, lo cual es inexacto ya que el bebé cuenta con suficientes reservas energéticas para las primeras horas de vida. Aquí algunos preceptos erróneos que ocurren a partir del nacimiento:
- En los instantes posteriores al nacimiento se suele forzar el inicio de la lactancia buscando que el bebé esté bien alimentado (falsa creencia que deben estar «muy llenitos» para estar sanos).
- Se altera el proceso natural de la lactancia ofreciendo al bebé fórmulas lácteas por medio de un biberón. En realidad no hay bases verdaderas para dar biberón a un bebé (o durante la niñez), exceptuando casos muy específicos donde la madre o el bebé estén impedidos para ello.
- A medida que transcurren las semanas y meses dar pecho al bebé puede llegar a ser cansado y desgastante para algunas madres. Observan que el bebé generalmente se queda dormido después de comer, esta circunstancia puede causar el «equívoco» ya que buscará amamantar a su bebé aunque todavía no sea su «hora de comer» para que se duerma y le dé tiempo de descansar o hacer sus pendientes. En realidad el bebé está comiendo «sin hambre» aceptando el «contrato psicológico» que le ofrece mamá: «No puedo estar contigo, no te pondré atención, pero a cambio te daré comida para que te duermas y me dejes hacer mis cosas».
El bebé puede decidir inconscientemente que es aceptable que a cambio de amor y atención la comida «llene» esos espacios.
Estos factores (y otros que se adicionan durante el desarrollo) pueden ser los causantes de los desequilibrios en nuestra alimentación ya que se desea llenar los vacíos emocionales, mentales y espirituales con comida. El alimento tiene la función placentera de nutrirnos y no llenará «otros vacíos».
Cuando sucumbimos en la tentación de comer en exceso (gula) nos sentiremos «pesados» y con ganas de dormir, se está reproduciendo lo que ocurrió cuando bebé. La gula es un evasor y adaptador de la realidad porque al sentirme «pesado» espero llenar mis vacíos y falta de amor. Se cree que «comer es amor» y relacionamos el alimento con el amor de las personas. Solicitamos que nos den alimentos con el «sazón de mamá» y buscamos «juntarnos para comer» para que el amor gire alrededor de una mesa repleta de comida.
La gula o bulimia son desequilibrios alimenticios y pueden tener origen en la primera infancia; sin embargo cuando reinstalamos el amor propio y aceptamos la forma de amar de los demás los vacíos de nuestra vida expirarán. Desdeñaremos la idea de comer para llenar nuestra vida y encontraremos «alimento espiritual» verdadero que colme nuestra hambre de amor.
«El que domina su forma de comer lo puede todo»
Created by Armando Quezada
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